Gestión y uso seguro de medios de elevación

Medios mecánicos de elevación de cargas.

El apoyo de una plataforma digital CAE es una forma eficaz de dar cumplimiento a las obligaciones que se establecen en el RD 171/2004. Cuando con motivo de los trabajos, se deben usar los distintos equipos disponibles para la elevación de cargas (montacargas, polipastos, puentes grúa…) una medida operativa de control es verificar la formación de los operadores. Dicha formación debe cargarse en la plataforma CAE.

Sin embargo, el hecho de verificar que un técnico dispone de dicha formación puede no resultar ser suficiente, si lo que buscamos es un control real de esos riesgos generados. La flexibilidad que otorga el RD 171/2004, junto a la ausencia de regulación específica o un estándar al que acogerse para dichas formaciones, puede complicar la capacidad de determinar si una formación aporta los conocimientos suficientes en materia de prevención de riesgos laborales al operador del equipo de elevación. La formación debe concienciar al operario, así como instruirlo en las medidas preventivas que acompañan al uso y los riesgos que genera, tanto para sí mismo, como para sus compañeros, personal presente o incluso materiales o estructuras.

Formación uso seguro de medios de elevación y su normativa legal correspondiente

Las formaciones en materia PRL tienen su origen en los artículos 18 y 19 de la LPRL, determinando la obligación del empresario de formar a sus trabajadores tanto teórica como práctica, de forma suficiente y adecuada, en base a los riesgos de su puesto de trabajo. Es decir, si el técnico hace uso de un sistema de elevación de cargas (como un polipasto eléctrico) deberá recibir la formación acorde que garantice su uso seguro.

Los equipos de elevación tienen la consideración de máquina, por lo que se rigen por la normativa legal de aplicación. El artículo 5 perteneciente al RD 1215/1997 de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo, impone la obligación de dicha formación (citando los artículos 18 y 19 LPRL) especificando los riesgos derivados de la utilización de los equipos de trabajo.

El convenio colectivo, fruto de una negociación entre los representantes de los trabajadores y los empresarios, tanto de una empresa como de un sector (dependerá del ámbito), supone una fuente de derecho. En un sector, como es de la construcción, con tantas peculiaridades en cuanto a la alta accidentabilidad, centro de trabajo o concurrencia de empresas se evidenció la necesidad de establecer una serie de formaciones (con su correspondiente titulación) comunes a todo el sector. Dentro de dichas formaciones y al respecto del objetivo de este artículo, la titulación implantada es el “Segundo ciclo de formación en PRL del sector de la construcción (20 horas): Aparatos elevadores”. Sin embargo, esta titulación, no es teórico-práctica y adolece de dicha falta en su concepción y posible extrapolación como modelo a otros sectores.

¿Cómo determinar la adecuidad de una formación mecánica de cargas?

Vistos los fundamentos legales que sustentan esta formación y su requerimiento en la plataforma CAE, resulta determinante verificar que debe incluir una formación para resultar exitosa a la hora de controlar los riesgos del uso de equipos de elevación y que debemos exigir en nuestra plataforma digital:

• La formación debe aunar tanto teoría como práctica, optando por situaciones realistas y pertenecientes a la actividad diaria de los operarios.

• Integrar las medidas de prevención en el uso del polipasto, de tal forma los técnicos interioricen como parte del trabajo la prevención.

• Basada en la concienciación de los riesgos y la capacidad del operario de eliminarlos o reducirlos.

• Específica al equipo que van a usar, no es lo mismo un polipasto de cadena eléctrico que un puente grúa y la formación debe adecuarse a qué equipos concretos van a manejar.

• Incluir situaciones poco habituales donde el uso se vea afectado por condiciones meteorológicas o cargas no habituales, que afecten a la seguridad de la maniobra, de tal forma, que el operario identifique situaciones donde el riesgo se agudice y sepa cómo actuar.

• Con reciclajes periódicos. La formación debe refrescarse cada cierto tiempo prudencial o incluso actualizar el propio programa formativo si se dan cambios en la tecnología.